Adiós 2024: Brindemos por lo vivido y por lo que está por venir
Aquí estamos de nuevo, al borde el abismo … bueno, más bien al borde de un año nuevo, pero tenía que darle su minuto de protagonismo a mi vena dramática. Hace apenas 366 días (éste año fue bisiesto), que pasaron en un abrir y cerrar de ojos, nos preparábamos para darle la bienvenida al 2024 y ya estamos a punto de decirle adiós. ¡Ha sido un placer!
Si cierro los ojos y hago un repaso mental de este año, lo veo como un mosaico de momentos. Algunos, la gran mayoría, brillantes, otros un pelín más apagados, pero todos importantes. Hubo días de risas, tantas que ya dolía la tripa, proyectos que salieron mejor de lo esperado, metas, logros y propósitos que se cumplieron y otros que, bueno, ahí siguen en la lista (tendremos que tener una charla sobre estos últimos, 2025). Y aunque no fue un año malo, claro que también ha habido momentos un poco más complicados, de esos que por un segundo te hacen respirar hondo, enderezarte y seguir adelante, afortunadamente este tipo de momentos fueren los menos.
Todos y cada uno de estos momentos hicieron único éste año que ya acaba. Cada risa compartida, cada café con personas que importan, cada “ya lo haré mañana” y cada “¿en serio, universo?” a su manera fueron aprendizajes. ¿Y cuales fueron los aprendizajes más importantes de Flossy en 2024?:
Menos listas y más momentos: Vivir y aprovechar la vida no es algo que se mide por una agenda en la que no cabe ni un apunte más, ni por una lista de tareas tachadas, si no en ratitos de esos que te llenan el corazón y el alma.
La pausa también es productiva: Aprender a parar de vez en cuando y fijarnos en lo que nos rodea no es un lujo, es una necesidad.
Nunca subestimes el poder de un abrazo: Da igual que sea un abrazo virtual o físico, largo o un apretón rápido. Los abrazos que vienen de corazón, son como resetear el alma.
Y el aprendizaje más importante, es que no necesitamos tantos planes perfectos. Lo más importante no está en la lista de buenos propósitos que preparamos cada uno de enero, por lo que éste año que está a pocas horas de empezar, voy a intentar algo diferente. En lugar de hacer una lista kilométrica de cosas por hacer, apuntaré solamente tres palabras: Vivir, sonreír y agradecer. Parecen, junto a una pizca ser amables con nosotros mismos y con los demás, los ingredientes de una buena receta para crear un año feliz.
Así que brindo por vosotros, por nosotros, por los momentos maravillosos y también los retos que nos pueda traer 2025. Deseo de todo corazón que el año nuevo nos sorprenda con risas inesperadas, abrazos de esos que curan y muchos momentos que nos hagan sentir y decir con convencimiento “Esto es Felicidad”.
Y ahora, vayamos preparando las uvas y el cava para esta noche y empecemos este año con buen pie.
Con cariño y muchas ganas de seguir compartiendo este rincón por mucho tiempo.