¡Yo, yo y yo! Por qué tú deberías ser tu prioridad
En el ajetreo de nuestro día a día ocurre muy a menudo y con demasiada facilidad que con todo lo que tenemos que hacer, con esos compromisos importantísimos e ineludibles que no podemos dejar de lado, nos olvidemos y dejamos para el final de la lista de prioridades lo más importante: ¡A nosotros mismos! Prácticamente todo es top-prioridad, que si la casa, que si el trabajo, que si los compromisos familiares, pero demasiadas veces nos relegamos a nosotros mismos a los últimos lugares de esa lista. Con demasiada frecuencia nos autoconvencemos con mantras del tipo “¿Pero como voy a echarme un ratito, con la de cosas que tengo que atender, si me falta tiempo por todos lados? Ya me daré ese capricho cuando pueda”.
Priorizarnos no tiene, como alguno pueda pensar, nada que ver con ser egoísta, ni con dejar de lado nuestras responsabilidades ignorando a los que nos rodean. Es darnos permiso a nosotros mismos para recargar pilas, dedicarnos un ratito a nosotros mismos, cuidar cuerpo y mente, para así poder enfrentar con más fuerza el día a día. Te lo ilustraré con un sencillo ejemplo: Si alguna vez has viajado en avión, seguro que has escuchado las indicaciones de seguridad que nos dan al inicio de cada vuelo. Estas instrucciones de seguridad nos indican que en caso de despresurización en primer lugar nos pongamos nuestra propia máscara de oxigeno, antes de ayudar a los demás pasajeros. ¡Piénsalo bien! Si no te cuidas a ti mismo primero ¿Cómo vas a estar en condiciones de cuidar y ayudar a alguien más?
Entonces ¿Por qué es importante priorizarnos?
- En primer lugar, si no lo hacemos nosotros, prácticamente nadie lo va a hacer. Somos los primeros responsables de nuestro propio bienestar, y si no nos cuidamos a nosotros mismas, nadie lo va a hacer.
- En los momentos en los que hacemos de nosotros mismos una prioridad, tendemos a ser más felices y a estar más relajados. Cuando nos concedemos un rato a nosotros mismos para hacer las cosas que nos gustan, para descansar, desconectar o para cuidarnos, nuestro estado de ánimo mejora considerablemente.
- Además, cuando nos priorizamos, somos más eficientes. Cuando estamos descansados y contentos, podemos rendir mejor en todas las áreas de nuestra vida. Si vamos corriendo en mil direcciones diferentes cómo pollos sin cabeza, agotados y sin un minuto para nosotros mismos ¿realmente estamos siendo eficientes? ¡Yo diría que no!
Y aunque muchas veces nos dejamos llevar por el impulso de solucionarles la vida a todos los demás de nuestro entorno, sacrificando nuestras propias necesidades en el proceso, no nos estamos haciendo ningún favor. ¿Cuándo fue la última vez que pudiste dedicar un ratito a estar a solas contigo mismo? ¿Un momento para preguntarte cómo estás realmente, como te sientes o qué necesitas? Puede ser muy difícil encontrar ese momento en medio del caos diario, pero precisamente ese momento es crucial para recargar energías y mantener la cordura. Hacer de nosotros mismos una prioridad no es un acto de egoísmo, ¡es un acto de supervivencia!
Así que, os propongo un pequeño reto: Esta semana, intenta encontrar al menos 10 minutos cada día para hacer algo que te haga sentirte a gusto y recargar pilas. Puede ser leer un libro, dar un paseo, o simplemente disfrutar de un café sin mirar el reloj. Da igual a que dediques esos minutos, la única condición es que sea algo que te haga sentir bien y te apasione.
Aprende también a decir “no”. No tienes obligación de complacer a todo el mundo. Si algo no te gusta o no te viene bien, no tienes por qué sentirte culpable si dices que no. Es cierto que decir “no” para algunas personas puede ser todo un desafío, de hecho para mi lo ha sido muchas veces y aún en alguna ocasión me cuesta bastante. Pero debemos hacernos amigos de la idea de que el hacerlo no te convierte en una mala persona, sino en alguien que valora su tiempo y su bienestar emocional. Así que, practica ese “no” cuando sea necesario.
Recordemos que al fin y al cabo priorizarnos significa cuidarnos a nosotros mismos para que podamos ser nuestra mejor versión. No somos superhéroes, somos seres humanos con necesidades legítimas. Tómate ese tiempo para ti, no temas decir “no” cuando sea necesario y no olvides ponerte el primero en tu lista de prioridades con más frecuencia por tu propio bienestar y el de los que te rodean.