¿Y si el lunes fuera inocente? El verdadero villano de la semana podría ser el martes
A ver, seamos sinceros. La mayoría de nosotros, en más de una ocasión hemos soltado un profundo suspiro (o varios) al ver cómo el domingo poco a poco se va desvaneciendo y la inevitable sombra del lunes comienza a cernirse sobre nosotros. Frases cómo “¡Ay no, otra vez lunes!” o “¡Odio los lunes!”, dichas con mueca de desdén, prácticamente se han convertido en un mantra universal. Lo culpamos de todo: De que nos cuesta madrugar, del tráfico que esa mañana parece ‘imposible’ (aunque sea igual que cualquier otro día de la semana a esa hora), de las reuniones interminables, de esa impresora que siempre se atasca en el momento que más prisa tienes y de nuestro síndrome pos-vacacional que nos acompaña cada inicio de semana.
Y esa fobia a los lunes parece incluso tener su razón de ser si tenemos en cuenta el hecho de que llega justo después de dos días de libertad, lo que hace que asociemos los lunes con la pérdida de ese tiempo que podemos dedican a nosotros mismos. Es el momento de volver a asumir responsabilidades y retomar la rutina. Aunque los fines de semana a menudo también sean días ocupados, suelen estar llenos de momentos de disfrute y relax: Nos despertamos más tarde, salimos a comer por ahí, quedamos con amigos o simplemente nos dediquemos a descansar … y ese cambio drástico puede ser duro de afrontar para muchos.

Desde siempre, el lunes ha sido el malo de la película. Lo conocemos, sabemos que esperar de él .. o al menos eso creemos Es el día de volver a la rutina, de lidiar con una montaña de correos electrónicos acumulados durante el fin de semana y de esa sensación persistente de que el tiempo libre se ha esfumado demasiado rápido. Pero, ¿y si te dijera que igual hemos estado culpando al día equivocado durante todo este tiempo? Al fin y al cabo, el lunes tiene una especie de “honestidad brutal”, Sabemos que es el comienzo, el reinicio, el momento de poner en marcha la maquinaria de la semana y, visto desde ese ángulo, a pesar de su mala fama también tiene un algo prometedor, de borrón y cuenta nueva.
Pero entonces, justo cuando pensamos que ya hemos dejado atrás el temido lunes, llega el martes y es aquí dónde la cosa se pone interesante. ¿Alguna vez te has parado a pensar que tal vez, sólo tal vez, el verdadero villano camuflado de la semana sea el martes? Nos hace creer que ya hemos superado lo peor, que estamos prácticamente a mitad de camino hacía el fin de semana. ¡Craso error, querido lector! Apenas hemos empezado a arañar la superficie, el fin de semana que fue ya se ha desvanecido y el que está por llegar, todavía parece un espejismo lejano.
Ese día nos damos cuenta de que la adrenalina del lunes, esa chispa inicial ya se ha ido, dando paso a un bajón post-lunes que nos recuerda que la semana todavía es larga, muy larga. La pila de correos sigue ahí, las tareas nuevas se multiplican y se amontonan y la semana laboral se extiende ante nosotros como un desierto interminable, mientras la esperanza de un respiro se desvanece poco a poco. Es en ese momento cuando te das cuenta de que la semana realmente sólo acaba de empezar y que aún te quedan tres días y medio en los que tendrás que darlo todo. Es cómo el sándwich de la semana, no es ni el comienzo emocionante, ni el final esperanzador, sólo el relleno que te recuerda que todavía estás plenamente en el meollo. ¿Te suena familiar?

Ahora que ya hemos identificado al verdadero “chico malo” de los días de la semana ¿qué hacemos? ¿Como lo enfrentamos y salimos, si no victoriosos, al menos no derrotados por el día que por algo lleva el nombre el dios romano de la guerra? Pues para empezar, no desesperes. Aunque los martes sean un desafío, al menos podemos intentar hacerlos más llevaderos, quitarles al meno un poco de su carga negativa. Cambia tu enfoque y en lugar de pensar en todo lo que te queda por hacer, mira lo que ya has conseguido terminar desde el lunes. Date una palmadita en la espalda por haber completado esa tarea que se te hacía un mundo, por haber respondido casi todos los correos electrónicos o simplemente por haber sobrevivido a la mañana. Pero sobre todo, no olvides que el miércoles ya está a la vuelta de la esquina. ¡Sí, el miércoles! Ese hermano pequeño del fin de semana que nos da un pequeño empujón hacía la tan esperada libertad del fin de semana.
La próxima vez que el lunes te dé un escalofrío, con esa fama tan negativa que tiene además de su habilidad para arruinar tu estado de ánimo al inicio de la semana, siempre puedes consolarte pensando “Bueno, al menos no es martes”. Así le das al lunes su oportunidad y, de paso, le recuerdas que el verdadero desafío ya está calentando para salir. Y cuando finalmente llegue el martes, ese auténtico villano y maestro del engaño, no dejes que ponga a prueba tu paciencia, que te drene la energía, ni te “venda la moto” de que la semana se estira sin fin. Recuerda que cada día de la semana tiene su reto reto y su lado positivo: El lunes es el calentamiento, el martes el el momento del bajón, el miércoles el ecuador de la semana, el jueves es el “ya casi” y el viernes … ¡lo hemos conseguido! Así que, si es martes, respira hondo, sonríe (aunque al principio sea una sonrisa algo forzada) y recuerda que tú puedes, que sólo es un día más. ¡Ahora ve y conquista ese martes como si fuera viernes!

Hola, Flossy, nada, no hay miedo, lo mejor es fluir con el lunes, de lo contrario, ¿cuántos lunes al año se pasan sufriendo? Demasiados, así que, actitud positiva y lo que tenga que ser que sea.
Buena semana.
Un abrazo. 🤗
Tienes toda la razón Merche. Hay que intentar fluir, no solo con el lunes, si no también con el martes, el miércoles yo con todos sus «hermanos»
¡Que tengas una semana fabulosa!
Hola Flossy, me ha encantado tu entrada. Yo pienso que hay que ser optimista con el lunes. Lunes: es el inicio de nuevas oportunidades, vamos a por ellas, si, lo sé, quizás demasiado optimista.
Un abrazo🌹
De eso nada Dakota, no creo que se pueda ser demasiado optimista. El pobre lunes de todas formas tiene muy mala fama, por eso mi teoría de que a lo mejor no es tan malo como parece. A lo mejor el martes es mucho más tramposo (o no ¿Quién sabe?).
Muchísimas gracias por pasarte a comentar y, por supuesto que tengas un magnifico comienzo de semana.
Un abrazo enorme
Hasta que no te jubilas, el lunes es más una maldición que un proyecto. 🙂
¡Cuanta razón tienes, Cabrónidas! Pero hasta que no toque jubilarse, no sólo es el lunes, si no también sus compinches (se libran sábado y domingo).
Mejor casi ni miro a ver cuanto me queda exactamente para jubilarme, que me deprimo.
Muchas gracias por pasarte y comentar y que la semana te trate con gentileza