4 comentarios

  1. Hola, Flossy, jajajaja, muy bueno. Estoy contigo, hay toda una red de duendes roba calcetines. De otra cosa no, pero de duendes entiendo un rato. Y también apoyo la propuesta de que el monstruo de debajo de la cama se los come, pues menudo glotón está hecho. Jajaja.
    Tu relato me ha recordado que también tenía yo pensado escribir un monólogo sobre la lavadora y sus manías… Tus calcetines me han dado alas , ah, espera que estoy es otra cosa.
    Muy bueno.
    Un abrazo. 🤗

    1. Hola Merche,. Jajajajaja, me encanta que estés tan bien conectada con la red de duendes (especialmente los roba-calcetines) y que casi, casi tengas un doctorado en monstruos glotones. ¡Necesito tus contactos para ver si podemos negociar la devolución de mi calcetín favorito! 😉

      Me haces muchísima ilusión que mi post te haya recordado tu idea del monólogo sobre la lavadora. ¡Por favor, tienes que escribirlo! Y en cuanto a las alas, te confesaré que alguno de los calcetines del post estaba empapado en bebida energética antes de pasar por la lavadora, así que, tiene sentido…. Ahora, eso si ¡espero que esas alas no te las robe ningún duende antes de que puedas volar con ese monólogo! 😊
      Un gran abrazo

    1. Hola Fernando. Algo tendremos que hacer con esos calcetines solitarios, no podemos tirarlos sin más (además, tengo muy claro que, en el instante en el que nos deshagamos de alguno de ellos, su pareja volverá). Así que estoy dividida entre juntarlos en una bolsa como haces tú, a la espera de que el calcetín rebelde se canse de tomar piña colada en una playa tropical y vuelva o darles una nueva vida cómo muñeco de trapo o algo a ese estilo.
      Un gran abrazo y muchas gracias por pasarte y tomarte el tiempo para comentar.

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